martes, 25 de agosto de 2009

La cola al paraíso…

Llegaste tarde. Te arreglás el pelo, la camisa, te tocas el brazo, la pierna y empieza a darte un no se que…un tic nervioso.

Tenés la impresión que todos vuelven a verte mientras caminás por el salón hasta el fondo del pasillo. Llegás y ahí está, solo que no puede atenderte. Siempre ocupado, siempre.

Pero bueno, no podés reclamar porque llegaste tarde. Siempre lo dejás al último momento. Te arrepentís, sentís pena, remordimientos, culpa y mucho pesar. Tu cuerpo es un mar de emociones y hasta un sudorcito helado que te baja por la espalda. Ni modo, hoy ya estás ahí y hay que echarle ganas hasta el final… a socarla pues!

Cruzas miradas con alguien más que llega cerca de ti. No! Ni que se te ocurra, yo llegué primero –le advertís en tu mente- tarde si, pero primero que vos, así que deberás esperar por su turno. Además vos no te vas a andar apurando, las cosas a su tiempo.

De todas maneras le sonreís porque hay que ser cordial, sobre todo en las esperas. Te tronás los dedos de las manos, tratás de pensar en otra cosa para distraerte, ves el panorama y hasta cantás la canción que suena de fondo en el lugar pero nada, la espera es eterna y la presión empieza a crecer.

Sin darte cuenta empezás a taconear o zapatear incesantemente, el bailecito, la desesperación, la muerte. Te distraes con alguien que pasa "chame puras uñas de chacha" –criticas en tus adentros- Te revisás vos que todo este en su lugar, te pica el brazo – pinche zancudo ojalá que no sea de los que dan dengue- y mientras acelerás más el ritmo de tu pie que taconea también te revolotean más improperios por la mente.

Hay que distraer la mente -y te acordas– la camisa de los $80.00 ya no quiere, ya está ralita. Claro llevo 3 años con la misma cada viernes…De pronto el infarto…y hasta te escondes como soldado en la selva…Hijole mi ex!!!!

Mientras esperás haces bromas con el vecino en turno…"puya esa si que tenia podrido todo dentro, lleva horas ahí dentro". Hey mas de 3 ya es abuso…." Todos se ríen nerviosos. Estas en el umbral de "todavía aguanto", a un pasito del "apúrate hijue…que ya no puedo", a centímetros del "se me sale, se me sale" y a unas penas menos del "sabes que…ya no necesito entrar, que te aproveche!!"

Sale por fin, relajada, feliz, liberada… parece que lo que dejo en lugar no olerá bien. Vale madre, la espera se ha acabado llegas a el y lo ves en todo su esplendor…blanco, sereno, cansado, esperándote, hasta parecería que te sonríe…

Te sentás y dejas salir todo lo que te corrompe por dentro….Lo que te tenia mal lo que necesitabas sacar urgentemente. Salen cosas que te dejan avergonzado, ruidos non santos, sentís hasta pena por el por soportar todo aquello, pero que mas da es su trabajo no? Al final el alivio por fin a llegado….

Terminas y le das las gracias…"Bendición padre….nos vemos en la próxima confesión"…

4 comentarios:

Anónimo dijo...

- Ave María purísima
- Sin pecado concebida
- Hace cuánto no te confiesas
- Demasiado tiempo, padre
- Dime cuáles son tus pecados
- Pues métase a mi blog padrecito y hay me pone un comentario para ver cuántos Padres Nuestros me tocan.
*digo, hay que captar lectores*

Ana dijo...

Te conozco desde el pelo hasta la punta de los pies Robertito pero..... esta vez me vacilaste. Al mejor mono se le cae el zapote.
Disculpalo Señor por que no sabe lo que hace. Esta confundidito.
Muy bueno.
Ana

Anónimo dijo...

jajajaja... has vuelto!

Muy bueno como siempre!
Argen :D

Ethel dijo...

barbarooo!!! estuvo BUENISIMO!,sabes, sos un loco.