28

Y el aire llegó a mis pulmones otra vez, el corazón volvió a latir, la sangre a correr, los órganos comenzaron a funcionar, la luz volvió, el túnel se fue… quien dijo alguna vez que yo no aguantaba nada, no estaba el día en el que nací de la muerte…

Y si, bien muerto, a nivel de santos óleos, a nivel de pinturitas para el cajón, a nivel de bandera del Alianza sobre el ataúd, a nivel de lloradas familiares, a nivel de ausencias, de faltas de extrañar pues… a nivel del olvido.

La muerte me llegó de forma repentina, salida con los amigos, copitas de más, coqueteo con alguna chica, regreso a casa solo, ese día me desvié me fui por una calle que quizá no debía, quizá sí, aun no me decido. Dicen que los caminos al infierno están llenos de buenas intenciones, también de luces de todos los colores, de sonrisas perfectas, de miradas precisas de ganas de estrellarte.

Para un conductor experto, manejar sin ver es una locura, para uno de fórmula uno, manejar sin casco a 320 kilómetros por hora no es opción, para un busero manejar sin estar "high" no es posible y yo ese día fui todos en uno y sin cinturón de seguridad…

Quizá me dormí, quizá iba muerto, quizá…quería dejar de vivir, el punto esta es que deje que el camino tomara el control, la velocidad fue mi compañera, la emoción mi gasolina, la adrenalina una venda en los ojos… si quizá el corazón se aferraba a esa última esperanza y… me estrellé directo, sin pausas, sin obstáculos, sin dolor…sin vuelta atrás.

Pese a lo duro de los golpes no morí de inmediato, claro tenía deudas pendientes con el karma, aquello de una cuarta de mas no es broma. Tuve una agonía de 28 días de sufrimiento, de porqués, de planes de venganza, de planes de restauración, de dolor, miseria, llantos y maldiciones, de sentirme un completo idiota… bueno realmente nadie puede vivir 28 días estrellado en un muro, quizá fueron 28 horas, aunque pensándolo bien quizá  28 minutos… aunque estoy seguro que solo fueron como 28 segundos…

Lloré por la miseria del fin de mi vida, esperaba a las ambulancias, a mi familia esperando el milagro, a mis amigos, a mis viejos amores, al amor ideal que nunca llegó y que fue la promesa de siempre…”la próxima es sin dudarlo”…no llego nadie, 28 segundos no es mucho tiempo al menos eso espero.

Y así fue mi muerte, solitaria, dolorosa y…rápida, la verdad es que tambien me aburrí rápido de estar muerto, más bien tenía una posición incómoda por lo aparatoso del choque, algo en las costillas me vibraba, el cel o alguna rata que se había metido…23,24,25,26,27,28  uffff! Volví a respirar...

Me levanté, me sacudí, me limpie la sangre con grasa, el polvo con recuerdos, la vergüenza de no llegar a la meta, el que dirán de la gente y me puse en pie y volví a caminar…a buscar velocidad, quizá la próxima vez que me deje llevar no me encuentre un muro si no miles de almohadas…agradecí la vida, la oportunidad de volver a seguir, de resurgir, de volver …   porque la verdad es que soy muy vivo…para morir por ti.