Las Señales...

Vamos a ser sinceros, estamos ya en la mitad del año y si vemos para atrás no ha sido el año que hubiésemos querido. A lo mejor los propósitos de año nuevo se han cumplido poco o no se han cumplido nada y como siempre el problema “ese” que tenías, en lugar de resolverse se complico más…

Aun si eres de los afortunados para los que el año ha sido benévolo y ha tenido más altas que bajas, no podrás negar que en más de alguna ocasión la has pasado mal.
Así es la vida con altas y bajas… el problema está cuando la racha de mala suerte, o de muchas pruebas, o de vacas flacas se alarga tanto que parece que nunca se va acabar, es ahí cuando de verdad se demuestra el temple de cada quien y la vida se va convirtiendo en una cuestión de fe.

Lo normal (o quizá los más adecuado) es que cuando los problemas son más grandes que nosotros los ponemos todos en las manos de Dios. Creo que es lo más recomendable y normal del mundo, en eso estamos de acuerdo, pero que pasa cuando lo hacemos y los problemas continúan, se incrementan o simplemente no pasa nada. ¿Dejar de creer?, ¿buscarse un nuevo dios más complaciente? o solo rendirte?

Imagínate la escena llegás un día agobiado por los problemas y con tu carita de “yo no fui” a la presencia de Dios y le decís: Dios aquí está mi carga, por favor ayúdame con estos 2 problemas que ante los ojos del hombre son imposibles…pero ante ti nada es imposible. Y esperas y esperas y nada pasa… eso le mata la fe a cualquiera.

A mí me pasó algo parecido y recuerdo que ese día salí de la iglesia, confiado, seguro, quizá demasiado. pero los días pasaron y los problemas en lugar de encontrar solución se complicaron más y más hasta el punto de llegar al final el cual le pedía a Dios…que no llegara.

No lo niego (soy humano y por ende imperfecto) que renegué mucho de la situación, me sentía desesperado y sin esperanza y esas dos juntas no son buenas consejeras, sin embargo algo en el fondo de mi corazón me decía calma.
Alguien me recomendó que hablara con Dios, que él se encargaría de responder y que me aclararía mis dudas.

El siguiente día fui decidido a preguntarle que hacer a Dios y a tratar que por mi fe el me respondiera. Le conté antes a alguien más como para que tal vez sintiera lo que estoy sufriendo, aun que sea un ratito, y en lugar de sufrir me dijo: Dios usa todos los medios para que puedas escucharlo, solo hay que estar atentos a todas las señales.

Fue entonces cuando aparté la romántica idea de que una luz iba aparecer de repente en el cielo, que saldría una voz grave y fuerte que me dijera…”no hijito, no es por ahí, es aquí” o que se me aparecería un hombre mayor barbudo y bonachón y me explicaría como son las cosas.

Esa fue la primera señal, tenía que estar atento a las señales con las que Dios me respondería todas mis dudas… la primera señal, es que tenía que estar atento a las demás señales.

La segunda señal, me llegó ese mismo día, fui a la iglesia como niño bueno que soy y de todo el mensaje hubo una frase que de verdad hizo que se me “enchinara” toda la piel el tema era viviendo de la fe. En el capítulo 4 verso 7 habla de un pueblo que estaba atribulado, mas no angustiado, (y eran los momentos más bajos de mi vida) estaba perseguidos más no desamparados, (yo tanía el ánimo por los suelos, casi sin ganas de seguir luchado) estaban derribados….pero no destruidos… fue entonces que una energía me pasó por todo el cuerpo y di gracias a Dios por la señal… podrán hacernos caer, sentirnos derribados pero con la fe en Dios nada podrá destruirnos…

La tercera señal me llegó de forma “atropellada” por decir algo. Manejaba rumbo a mi casa cuando de repente, me pareció que vi a una conocida (hubiera querido conocerla…) parecía extranjera, rubia, alta, ojos claros, buena pierna, pero lo que más me llamó la atención fue que en su camiseta decía “Todo transcurre en los tiempos de Dios” y por venir viéndole la camiseta no me fije que estaba estacionada una “coaster” con un gran rótulo que vi como se acercaba a mi cara… que decía “ten paciencia”. Después del frenón , que se me compuso la “mollera” y que termine con la bajada de todos los ángeles del cielo, entendí el mensaje: Todo en este mundo, transcurre en los tiempos de Dios, ten paciencia!.

Así llegaron la 4ta la 5ta señal, una vez comiendo con mi madre, que viendo que tenía cara de parto me dijo que me tenía un regalo. Un separador de libros que decía de un lado “si Cristo está contigo quien contra ti” y del otro “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Hay días en los que no hay nada que ver en la tele aunque tengas 80 canales disponibles. Pasando por los canales vi que en una toma de gente que asiste a una iglesia estaba un amigo mío…y me quedé un rato buscándolo, para asegurarme que era él. Pero aprovechando mi atención Dios me envió la 5ta señal…el pastor que daba el mensaje dijo: Te esta yendo mal, parece que Dios no te responde, parece que nada tiene solución, estás tocando fondo…pues alégrate, por que tus grandes derrotas, son las más grandes victorias para Dios, porque Dios te sacará de ese y de todos los problemas y no te quedará otra que decir Dios eres lo más grande y para Dios no hay problema que valga!!. La 5ta señal es: Las grandes derrotas humanas, son las grandes victorias de Dios.

No pretendo convertirte ni convencerte de nada, aun me pregunto por qué escribí de algo así, de hecho tengo un mes de tener el tema en la cabeza y no encontraba la forma de escribirlo “mas light”. A lo mejor este mensaje le ayuda alguien o solamente es un descargo para mí, lo que si estoy seguro que todos tenemos bueno y malos momentos y que tenemos que agradecerle a Dios por todos y cada uno.

Si me preguntás, mis problemas todavía no se han resuelto, pero una muy buena "fuente" me dijo que a su tiempo todos se van a resolver, que tuviera paciencia… solo se trata de creer… y de leer las señales… quizá esta para ti, sea la primera señal…