Quien piensa que está a punto de dar, o un paso trascendental, un paso al costado, un paso al frente o un gran paso en su vida… debería probar dar un paso en la cuerda floja…
A treinta metros de altura, sosteniéndote por una cuerda de 20 metros de largo, cada paso se vuelve un asunto serio. Mientras daba el segundo y el viento me hacía balancear, me recordé por diablos estaba metido en esto.
La familia bien, el trabajo…soportable, el dinero, escaso pero a tiempo, las emociones…por el momento con la cuenta en cero; y es que entre la casa, el trabajo, el trabajo, la casa, tampoco hay demasiado tiempo como para aventurarse. Pero un día hubo tiempo y sin pensarlo… di un paso más en el espacio.
A treinta metros de altura, el viento se vuelve traicionero, el corazón un mensajero que quiere salir, la sangre en agua hirviendo. Mientras daba el tercer paso, imaginaba los gritos de los cercanos al enterarse, “que estaba loco”, “que por qué hacia eso”, que por qué arruinaba una vida perfecta, perfectamente controlada, que por qué??
A treinta metros de altura, los árboles están más cerca, las montañas se ven a la par, los pájaros son vecinos y todo el mundo a tus pies. La emoción de estar en la altura no tiene precio, nada te afecta, nadie te daña…si, nada te importa.
Cuarto y quinto paso y parece que el mundo se pone en silencio, como si la soledad te toma de la mano y te acompaña. No hay nada que te distraiga, estas solo en el mundo, a lo mejor con mis penas, mis sufrimientos, mis errores, virtudes y defectos, pero solo… das una bocanada de aire y la soledad te puede hundir o te puede sacar a flote, me toma de la mano y me acompaña a dar 2 pasos más.
A treinta metros de altura, llegando a la mitad del recorrido, tenés la oportunidad de elegir. 7 pasos atrás y vuelvo al principio donde no pasa nada más que la tranquilidad del inicio, la costumbre de lo ya conocido. 7 pasos adelante y un futuro por descubrir, a lo mejor incierto, a lo mejor intransitable, a lo mejor es un camino de rosas. Nadie lo sabe… el camino que me falta puede ser un “beso…. o un tortazo”.
La tercera opción es terminar el recorrido ahí y arriesgarse a la caída. Puede ser fatal, pero terminaría la ansiedad, lo desconocido, lo rutinario. A treinta metros de altura, podes caer y morir en el intento … y esa fue mi decisión … dejarme caer…y caí…
A treinta metros de altura, también podes burlarte un poco de la suerte, de la vida de la muerte… podes caer… y ponerle un toque de drama a la vida… quizá es algo valiente, pero yo creo que es algo de vivos, de vivos… que comienzan a practicar el “bungee jumping”…
5 comentarios:
Me gusto!!! ;) o sea tres opciones...
1. te vas por lo seguro y te regresas
2. te aventuras y ves q tiene el futuro para vos
3. te rendis bajas los brazos y te dejas caer
Para mi es simple:
"El que no arriesga, no gana; pero tampoco pierde"
Es cuestión de decidir. Es una misión existencial en la que no caben segundas ni terceras personas.
Somos solamente nosotros desafiando las leyes de la vida y del universo, sobre tierra firme o sobre una cuerda floja, o cayendo sobre las nubes. Lo importante es que nosotros lo hayamos decidido así.
Esas decisiones están integralmente formadas por nuestros valores y pensamientos que moldean nuestro entorno, circunstancia, situación, etc,.
Sea lo que sea, es lo que nos impulsa a decidir. La vida es maravillosa, y en su caudal de sucesos, es la corriente la que nos obliga a decidir.
Me gusto!
Es una anecdota de la que podes sacar una buena enseñanza...
Un abrazo desde 30 metros de altura y caminando hacia adelante!
AV
ME GUSTO MUCHO ROCKYTO LA VERDAD Q MUCHAS VECES TENEMOS Q ARRIESGAR PARA DARNOS CUENTA SI LO Q ESTAMOS REALIZANDO ES LO CORRECTO.
TE QUIERO MILLLLLL GRACIAS POR TU AMISTAD. UN BESO Y ABRAZO.
KG.
Thanks :)
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