Mal y tarde...

No lo pude creer, pero pasó. Un hormigueo recorrió todo mi cuerpo, la primera vez que me lo prometió todo. El cielo, las estrellas, el sol y la luna, lo ofreció todo a cambio de 5 minutos de mi tiempo, a lo mejor de una sonrisa y hasta juró que oí, que dijo que también queria conocer algo de mi loco corazón.

Me prometió la mitad de sus días, el conocer su guarida y hasta que la mencionara en un blog. Me prometió una caminata por la vida, el curarnos las heridas y bebernos el dolor. Me prometió un instante de locura, un amor con coberturas y un perdón sin comisión.

Me prometió mañanas maravillosas, palabras inolvidables, lo más dulce de su voz. Me ofreció viajes increibles, regalos incontables y la sensación de no poder caer.

Me prometió que con ella nunca estaría desprotegido, que nada me podría pasar y que todo podría suceder. Me prometió que desde que la tuviera, mi vida cambiaría y que yo cambiaría la de ella y que no me pediría nunca, más de lo que yo le pudiera dar.

Fué todo tan perfecto, su mirada, su sonrisa, todas sus promesas, sus palabras, sus gestos, sus niñerías, todo lo que ella era para mi. Si, ella era para mi... el cielo conocí y en el cielo quiero vivir.

Hasta ese día... justo después de cerrar el trato, todo cambió... quizá fuí yo, a lo mejor no la convencí, o no sé que fue lo que pasó, pero sus llamadas ya no llegaron, sus mensajes se borraron y sus promesas nunca se cumplieron... y aunque sé que no soy perfecto y que soy muy simple, si me dolió en el alma, el día que le mandé un mensaje de texto y me respondió: que no me reconocía... que no sabía quien era... y todo se murió...

Y aunque le escribí mil cartas, que nunca envié, tuve mil arranques para buscarla y me quedé congelado, estuve muy cerca de por fin llamarla, pero siempre me dije no... decidí que el mejor regalo que le podia dar era dar un paso al costado... y que ella siguiera con lo suyo...

Hoy dicen que está con otro, quizá mejor, quizá peor. Supongo que a el le llama mientras maneja o le devuelve la llamada cuando sale de reunión... quizá yo, mal y tarde estoy cumpliendo la promesa de escribirle un blog.

Prometo que la crisis ya pasó, que la cordura ya volvió... que no cometeré los mismo errores, que ya puede dejar de llamar a la policia cuando me vea... al fin descubrí que no son del todo ciertas, todas las llamadas, mensajes y promesas de una vendedora.... de tarjetas de crédito...