miércoles, 4 de noviembre de 2009

Bocanada...

Juro que tenia mas de 10 años de no tener un cigarro en mi boca
No sé como llegó pero ahí estaba, apestoso, húmedo, con sabor a desgracia.

La atracción fue automática, podría decir que hubo magia o fue instinto o quizá simple lógica pero lo inhale de inmediato y aquella pequeña lumbre de la punta, quemo un poco de mi alma, mis principios y me comí el mejor manjar del mundo…me comí mis palabras, cuando decía que yo no fumaría jamás…

No es que este pensando alquilar la muerte en forma de vicio, ni sucumbí a la presión grupal a la que me someto a diario por unirme al club de los humeantes.

No fue una cuestión de honor, una apuesta, ni un reto del juego de botella, no quería saber si el "light" era más suave o más fuerte o si el "rojo" es tan fuerte que hasta salen pelos en pecho.

Confieso que no era la primera vez, ni siquiera las primeras 10 veces. Que muchas veces lo hice cuando era más joven, cuando quería impresionar a la vecinita del micro, demostrarle que era un hombre.

Que lo hice sin saber por que, quizá por que lo hacían los mayores, o por que tal vez "alguna" me dijo": que tal si nos vamos atrás... a hechar humo"

Lo hice también cuando fui "rocker" y mi hermano mayor me decía que así se sentía mejor la música, no lo quería hacer por que lo hacía mi ídolo el gran Joaquín Sabina, ni por que me hubiera sentido cool o fashion, lo hacia por que era rudo, y me hacia ver más malo…por que soy malo…aun que mi chaleco amarillo, mis pantalones kakis y mi mamí quieran ocultarlo.

También lo hice la primera vez que hable con aquella niña que llego de "muchacha" donde mi primo, la encontré haciendo el golpe en el techo de la casa que cuidaba, compartimos un par de bocanadas hasta que… "y ahora… ¿que hacemos con la ropa?" –preguntó- y lo que quedaba se lo fumó el viento….mientras ambos tendíamos la ropa recién lavada…

No lo hice por error o por hacer el favor de encendérselo a alguien, no fue curiosidad, aburrimiento o tristeza…

Fue para ver si al disiparse aquella nube de humo apestoso, aparecías vos, viéndome con cara de pidiendo perdón por que me molestaba el humo, mezclado con el pensamiento irónico de: "esto no me lo quitás jamás".

A ver si aprecias con tu sonrisa cómplice, tu mirada que me derrite y ese "no sé que" con el que pierdo mi voluntad o mejor dicho se hace pedazos a tu voluntad…

Quería saber que sentías cada vez que lo encendías, lo inhalabas y lo apagabas sin más ni más…sin siquiera decir "gracias" o "fue un placer"

El humo se disipó y no apareciste…quizá no funciona si no te tengo enfrente….

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No mata tanto el humo como la ausencia. Duele más y es más rápido.

Bonito blog, como siempre. No te perdás que hacés falta.

Alexander Prado dijo...

Pooowchika rocky...
viejito no me terminas de sorprender!
buen blog!!!
me gusta tanto misterio k le pones!! jejeje.
cuidate rocky.. un saludo viejo!!

Ana dijo...

Uno de los mejores mi amigo. Ojala el dolor se disipara tan rapido como el humo de un cigarrillo.